Del 2 de Noviembre...
07.11.2010 13:34La luna de octubre es la más bella.
En éste noviembre percibamos el olor de la flor de los muertos.
Celebremos el Samhain, la apertura del velo del Mictlán.
Noviembre de 2010.
Durante el mes de octubre se celebró la 10a lunación del año. En diversas culturas mexicanas y extranjeras tienen lugar festividades relacionadas a éste evento. Los celtas por ejemplo, festejan la llamada "Luna de Sangre", relacionada a un cambio visible en la naturaleza donde todo comienza a morir. Las últimas cosechas son recogidas y la caza también sufre un nuevo ciclo al buscarse las migraciones de mandas y/o parvadas que buscan un lugar cálido para el próximo invierno.
Para dar pie a una nueva etapa se precisa la renovación y el sacrificio, éstos son preceptos visibles en diversas culturas, tal como se ha mencionado, los cuales han sido heredados en forma primordialmente oral y después escrita de generación en generación cuyo propósito es recordarnos que el estancamiento y el apego son una cualidad que está fuera del ciclo del universo puesto que nada permanece, todo se modifica a lo largo del tiempo.
¿Cómo es entonces que debemos pensarnos a nosotros mismos en éstas épocas de renovación natural y estacional? Pues bien, esa es una pregunta cuya respuesta es personal. Somos sujetos que no podemos desprendernos de nuestra historia personal, por eso somos "sujetos". No obstante, también somos sujetos presentes que, de una forma transversal emergemos a cada segundo como expresión compleja de lo que ha sido antes. No somos pasado, el futuro no se ha escrito y nuestro presente es inatrapable, por ello debemos valorar éste viaje y reflexionar sobre el cómo queremos recorrerlo, sobre el tiempo que vamos a invertir en lo verdaderamente valioso y disminuir el tiempo perdido porque finalmente solo tenemos tiempo y éste no es eterno ni inmutable.
En estas fechas también celebraremos el ciclo de la vida y la muerte representado en la trascendencia de nuestros estados desde ésta Tierra hacia el Mictlán. Celebrar la memoria (más que conmemorar) de nuestros seres queridos que ya no están es también una autocelebración... había tanto que deseábamos decirles todavía, había tantos proyectos que ya no se realizaron, había tantas emociones que ya no se desbordaron en éste plano físico fundamental para nuestro pensamiento que, justo ahora, podemos liberar, podemos dejar ir y así hacerlos eternos, tanto a nuestros deseos como a aquellos navegantes que ahora conforman la sustancia inmaterial de lo ajeno, de lo extraño del Cosmos, de esa tela en la que todos nos mecemos a ritmos diferentes y donde quizás, solo quizás, cuando la última reliquia de nuestra transitoriedad sea liberada, nosotros también nos meceremos a ese ritmo, durante la noche de los tiempos, a la espera de la llegada de los Soles.
¡Que arda el fuego que todo lo consume y todo lo renueva, que arda el fuego sagrado del Samhain, del Mictlán y del estado de Quetzalcóatl o Buda que nos lleve a entender la renovación de la vida y valoremos lo único que es verdaderamente nuestro: aquello a través de lo que sucedemos!
Buen camino a tod@s.
Atentamente:
Carlo Ríos.
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